La Alcudia es el nombre que dieron los árabes, en su conquista de nuestras tierras, al antiguo poblado, que ellos, por circunstancias no demasiado claras, no ocuparon como residencia sino que prefirieron abandonar par crear un nuevo núcleo tan solo un par de kilómetros más al norte. Alcudia, en lengua árabe, quiere decir algo así como elevación del terreno, característica ésta del lugar donde anteriormente estuvieron asentados gran variedad de pueblos de origen mediterráneo.
Se accede a ella desde la carretera de Dolores, y en el mismo lugar está ubicado el museo monográfico dedicado a los hallazgos realizados en el campo circundante. Así mismo se pueden visitar en sus excavaciones los diferentes restos de poblados que tras los trabajos efectuados en esta zona, han ido aflorando a la superficie.
Parece ser que los primeros pobladores de La Alcudia se remontan al año 3.000 a. de C. aproximadamente. Se han encontrado también restos pertenecientes a la Edad del Bronce, siendo éstos fundamentalmente utensilios caseros y rudimentarios, tales como agujas, anillos, cuchillos, etc., fabricados todos ellos con dicho metal. Pero podemos afirmar, sin duda alguna, que es la época ibérica la más importante en cuanto a descubrimientos arqueológicos. Los iberos ocuparon esta tierras desde finales del siglo VI a. de C. hasta que en el año 228 a. de C. llegaron las tropas cartaginesas a puerta de Hélike. Los restos encontrados nos dan una clara idea de la fisonomía de la ciudad ibérica, la cual estaba formada por un núcleo de viviendas de planta generalmente rectangular, de paredes de piedra hasta una altura de unos 40 cms., quedando el resto formado por ramas superpuestas. Pero además de estas viviendas populares debieron existir construcciones monumentales, de las que nos quedas restos de la planta y gran diversidad de esculturas y restos de un gran valor arqueológico, entre los que destaca como pieza fundamental la figura de la Dama de Elche.
Tras la conquista de Hélike por los cartagineses, quienes en un principio dejaron la población totalmente arrasada, se produce un nuevo asentamiento al cual se le denomina arqueológicamente el nivel ibero-púnico, y cuya duración será de unos 200 años a`proximadamente. En este nivel las viviendas seguían manteniendo las mismas características que las del poblado ibero, pero ahora encontramos además restos de una sólida muralla que los cartagineses, mucho más aptos para la vida militar, y en previsión de posteriores incursiones enemigas, supieron dar a esta población. En las excavaciones aparecen mirando a poniente dos grandes torreones, que posiblemente formaban parte de una de las puerta de la ciudad, con salida hacia el Vinalopó.
Después de la estancia de los cartagineses en nuestras tierras, un nuevo pueblo vendría a dejarnos sus huellas históricas: el romano. A finales del siglo III a. de C. los romanos comenzaron su lenta pero eficaz conquista de la población, siendo declarada la ciudad como colonia romana hacia el año 43 a. de C., bajo la denominación de "Colonia Iulia Illice Augusta". S estas fechas pertenecen gran cantidad de monedas acuñadas en Illice y poblaciones circundantes. El nuevo núcleo hizo que se ensancharan las calles, que las viviendas crecieran en tamaño, pero sobre todo que se dotara a la población de gran cantidad de obras apropiadas para dar una mayor confortabilidad , tales como alcantarillado, conducciones de agua caliente y un buen número de mosaicos. Sobre el alcantarillado se ha podido comprobar que dichos conductos partían de las calles principales e iban a desembocar a los riachuelos que rodeaban la población.
Hacia el año 250 d. de C. comienzan a llegar las primeras tropas germánicas a sus puertas. A raiz de esta inminente invasión se refuerzan las murallas de Illice. En el yacimiento de la Alcudia se han descubierto parte de las mismas, que nos han revelado que estaban formadas por unos sólidos muros de unos 6 metros de espesor, descubriéndose así mismo restos de una de las torres de los que seguramente podría haber sido una puerta de acceso a la población por el oeste.
El último nivel estratigráfico encontrado corresponde a las fechas de la dominación visigoda hacia el siglo V. Prueba de ello nos la ofrece la basílica descubierta el suroeste de la finca. Entre los restos encontrado debemos destacar una parte de una canalización propia del estilo visigodo. A su vez, se ha descubierto un mosaico que debió ser el suelo de la basílica anteriormente citada, tal y como nos indica la decoración inscrita en la misma.
Gran parte de estos descubrimientos se encuentran hoy en día enterrados, en espera de mejores medios económicos que permitan un estudio más concreto y profundo de lo que fue el remoto origen de Elche.
En el museo monográfico situado en el recinto de las excavaciones, se expone un gran número de materiales encontrados y pertenecientes a los distintos niveles que han ido marcando la historia de la Alcudia. De entre ellos vamos a destacar un torso de guerrero con un escudo circular en el pecho formado por el relieve de una cabeza de león. Pertenece a la época ibérica. Originario de las mismas fechas resaltamos también una cabeza de grifo. Procedente del nivel ibero-púnico. Quizás lo más característico sea el conocido como "vaso de la tonta del bote", nombre que le viene dado por la decoración destacada de una cabeza de características anormales. Podemos contemplar al mismo tiempo varios mosaicos de origen romano, en los cuales destacan las figuras de varios animales como el toro, el jabalí o inclusive el delfín u otro animales marino, peces, etc.