La Glorieta y alrededores


     A un lado de la Corredora encontramos la plaza más céntrica y señorial de la ciudad. Rodeada por locales de restauración, cafeterías y comercios varios. podríamos considerarlo como el centro neurálgico de Elche. Ir al centro es pasar por la Glorieta. Por esta plaza han paseado varias generaciones de ilicitanos. 

 

Vista de La Glorieta
Vista de La Glorieta

     

     Un viejo convento ocupaba el solar donde en el año 1.516 se decidió derribarlo para convertirlo en jardín público. Desde entonces han pasado muchos años. La Glorieta también ha sufrido muchos cambios de imagen, desde un frondoso bosque durante el primer tercio del siglo XX, con sus quioscos en las esquinas y su verja que la rodeaba, hasta una moderna plaza de vegetación propia del lugar. 

 

La Glorieta
La Glorieta

     

  Los ilicitanos siempre han comentado que quizás el mayor atentado arquitectónico haya sido el derribo de un templete de estilo modernista y con muy buen gusto, que presidía el centro de la plaza. Hoy podemos ver una reproducción del mismo en el Parque Municipal. 

   

     Una pequeña fuente de mármol blanco con la figura del Ángel con la palma, en representación del Misteri, y una reproducción de la Dama de Elche, son los elementos que embellecen esta plaza. 

  

     Por uno de los extremos desemboca en ella la Corredora, una de las calles con más solera de toda la ciudad. Nación a raíz de la ocupación de la cara sur de la vieja muralla. Dice la gente que su nombre le viene dado por ser ésta la única calle, más o menos recta, que había en toda la villa, siendo utilizada para realizar carreras de caballos. Por ella se accede a la Plaça i Baix y al puente de Canalejas. Al norte, el carrer Ample comunica con los parques y jardines que rodean el casco viejo. Para llegar a ellos es necesario atravesar, en primer lugar la Plaça de la Mercé, de planta cuadrada, la cual crea una alegre plazoleta situada frente a la fachada del Convento de la Merced. Seguidamente nos encontramos el Passeig de les Eres de Santa Llùcia, lugar que durante buena parte de la segunda mitad del pasado siglo fue destinado a parada de autobuses de línea regular, y que hoy presenta su fisonomía de paseo público. 

 

     En La Corredora, y a la altura de La Glorieta, encontramos la Casa del Ciri, inmueble construido a finales del siglo XIX en el emplazamiento de la antigua Torre de la Villa, en una de las esquinas de la primitiva muralla. 

 

Casa del Ciri, frente a La Glorieta
Casa del Ciri, frente a La Glorieta

     A pocos metros de La Glorieta, justo al final de la Corredora, encontramos el Palacio de Jorje Juan, en cuya esquina nos muestra su escudo de armas sobre parte de la fachada montada en sillería. 

 

Fachada del Palacio de Jorge Juan con el escudo de armas en la esquina
Fachada del Palacio de Jorge Juan con el escudo de armas en la esquina

     

     Por el sur, las tortuosas calles nos conducen hasta el Raval (Arrabal de San Juan). La calle peatonal de San Salvador, que nos lleva hasta dicho templo, ha sido durante muchos años la tradicional calle del comercio. 

 

     En la plaza que se abre frente a la iglesia, encontramos una reproducción de la Fuente de La Alcoraya, de estilo modernista, que fue inaugurada en el año 1901.

 

Fuente de La Alcoraya, frente a la iglesia de San Salvador
Fuente de La Alcoraya, frente a la iglesia de San Salvador